En el Lago Atitlán, después del Volcán San Pedro de Atitlán, tocaba el Volcán Atitlán, que resultó ser para mi el más duro de todos los de Guatemala.
Comenzamos el ascenso desde la carretera, por unos cafetales, cada vez con más pendiente, pasando a bosque y cerrándose más y más. El sendero estaba marcado y cruzado por muchas raíces de los árboles, a las que te podías agarrar para ir casi escalando en la pendiente y no resbalar en la tierra arenosa. Muy bonito.
A unos 2.500m hay una zona más llana con sembrados de maiz donde parece que los "no madrugadores" acampan para hacerlo en dos días. Parece que hay más rutas, rodeando el volcán Tolimán por la otra pendiente, pero a mi guia no le convencía mucho. Cuando se termina el bosque, aun queda un buen trecho de pendiente en rocas sueltas, que con paciencia no tiene ningún problema.
Un crater lateral en la cumbre y aunque a 3.500m hace mucho frio, no se nota tanto, porque el suelo no está frio y tiene muchas salidas de vapor por grietas en las que te puedes calentar y hasta quemar.
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